Con la contribución del instrumento financiero LIFE de la Unión Europea. LIFE20 ENV/ES/000327
Desde dentro el Soto de Alfaro, o Soto de Tamarigal para los locales, en La Rioja, nos muestra los brazos de río, caminos de agua que se han reabierto y reconectado con el río en una intervención que buscaba recuperar la funcionalidad de este meandro como espacio propio para el río y como llanura de inundación. A la vez, su vegetación, la que conforma los bosques propios de las riberas del Ebro, se muestra exuberante.
En una visita el 18 de junio, se adentraron en él algunas de las personas que han estado presentes durante el proceso para llegar hasta aquí. Ribereños, usuarios, partes interesadas, técnicos, que forman parte de los grupos de co-creación, el epicentro de la participación del Proyecto LIFE Ebro Resilience P1 para la zona 1, la que integra el tramo de actuaciones entre Alfaro (La Rioja) y Castejón (Navarra).
Una visita para el seguimiento, para comprobar cómo se ha renaturalizado la zona de intervención, para entender sobre el terreno aquello que se explicaba en visitas antes del inicio y en plano durante la definición de los trabajos.
La participación, la divulgación sobre la apuesta por soluciones basadas en la naturaleza, ha tenido gran protagonismo y conocer el resultado ayuda a comprender el efecto de las intervenciones en otras zonas.
¿En qué ha consistido la intervención?
El Proyecto LIFE Ebro Resilience P1 concluyó en enero las plantaciones en el meandro del Soto de Alfaro, cerrando así los trabajos para recuperación de la funcionalidad del meandro, reabriendo los antiguos brazos de río.
Se trata de un ejemplo de aplicación de soluciones basadas en la naturaleza para minorar el riesgo de inundación. Se reacupera la conexión con el río y, por tanto, la irrigación del soto con el objetivo de reducir el impacto de las crecidas del Ebro, al sumar el meandro como espacio fluvial.
Los brazos recuperados, en un espacio de 60 hectáreas, actúan ya como vías de irrigación del soto permitiendo que los caudales del Ebro entren al soto con crecidas de 800 m3/s y no con los 1.200 m3/s que eran necesarios antes, haciendo más efectivo el efecto positivo del espacio fluvial y de llanura de inundación y reduciendo los estrechamientos y los efectos de erosión en el tramo.
La plantación se realizó con una disposición en bosquetes, que imita la forma natural de evolución del soto y los trabajos de reapertura se realizaron teniendo en cuenta los condicionados ambientales:
Con la contribución del instrumento financiero LIFE de la Unión Europea. LIFE20 ENV/ES/000327